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“Antes solo los chicos estudiaban; hoy nosotras también soñamos con construir nuestro futuro y decidir por nosotras mismas”, cuenta Reeya, de 15 años, desde una zona meridional de Nepal, que alberga sobre todo a comunidades históricamente marginadas y desfavorecidas.
Su testimonio, junto con el de otras chicas, refleja el poder transformador de la educación en contextos donde la desigualdad social y de género es tan compleja que pone a prueba la resiliencia y la esperanza.
Ante un panorama global frágil, donde los derechos básicos de miles de niñas y niños están en riesgo, Street Child España trabaja incansablemente para garantizar el acceso a la educación, proteger a la infancia y defender su dignidad.
Según cifras del Banco Mundial, casi 700 millones de personas viven en pobreza. Además, las proyecciones de ONU Mujeres para 2024 indican que casi el 10 % de las mujeres y niñas viven en hogares en situación de pobreza extrema, frente a algo más del 9 % de los hombres y niños, lo que equivale a 22 millones más de mujeres que de hombres enfrentando esta realidad.
Estos datos evidencian que las desigualdades económicas se entrelazan con otras formas de exclusión vinculadas a la edad, el género, la raza, la etnia o la discapacidad. Algunos grupos enfrentan así mayores riesgos durante las crisis, y para mujeres y niñas, estas brechas se amplifican por obstáculos persistentes que afectan su día a día.
Por eso, Street Child España dedica sus esfuerzos a cambiar esta realidad de manera integral. Con un enfoque holístico, acompañamos a las comunidades para que desarrollen soluciones sostenibles desde lo local.
Así como cada zancada en la Carrera de la Mujer simboliza valentía y persistencia, en Street Child España creemos que la educación es el primer escalón hacia la igualdad. Nuestro propósito es que más niñas y niños crucen la línea de meta de la educación, construyendo su propio camino hacia la independencia y el liderazgo.
Con sede en Barcelona, Street Child España y su red global han apoyado hasta la fecha, mediante programas de educación, protección y medios de vida, a más de 600.000 niñas, niños y jóvenes en comunidades rurales de Sierra Leona, campamentos de desplazados en la República Democrática del Congo, y regiones en crisis de Nigeria y Liberia, entre otros lugares.
EL CAMBIO SE CONSTRUYE DESDE LA COMUNIDAD
Detrás de cada niña o adolescente que abandona la escuela hay una historia marcada por la desigualdad. La discriminación de género, los estereotipos que limitan sus oportunidades y la falta de programas de apoyo integral pueden hacer que muchas se sientan invisibles o duden de su derecho a aprender. A estos retos se suman otras barreras, como instalaciones sanitarias insuficientes, dificultades para mantener una higiene digna y la presión de asumir tareas domésticas o matrimonios forzados.
Por eso, en Street Child España creamos entornos seguros y brindamos apoyo pleno, para que ninguna vuelva a sentirse invisible ni dude jamás de su derecho a la educación. Nuestro trabajo se extiende más allá de las aulas: transformar su presente también significa fortalecer a quienes las rodean.
Creemos firmemente en el papel de las mujeres dentro de la comunidad y del entorno familiar. Por eso, apoyamos especialmente a las mujeres cuidadoras a través de programas de empoderamiento financiero con enfoque de género. Así, no solo aseguramos la continuidad escolar de las niñas y adolescentes, sino que también fortalecemos a las mujeres cuidadoras, ayudándolas a recuperar la confianza en sí mismas.
Cuando una mujer cuidadora se siente capaz, toda la familia avanza: se renuevan los sueños, se reconstruyen los medios de vida y se siembra esperanza para las nuevas generaciones.
Siempre que es posible, formamos profesoras, conscientes de que tener modelos femeninos en el aula inspira y acompaña. Ver a una mujer enseñar les recuerda a las niñas que ellas también pueden ser líderes, científicas o maestras.
Además, promovemos la salud mental y el bienestar emocional, porque sabemos que la fortaleza interior es tan esencial como la física. En contextos vulnerables, cuidar la mente y el cuerpo no solo cambia vidas: las salva. Para ellas, sentirse fuertes es como correr una carrera, solo cuando ambas dimensiones están protegidas pueden avanzar con seguridad, superar los obstáculos y alcanzar sus sueños.
UNA CARRERA QUE CORREMOS JUNTOS
En un pequeño pueblo del sur de Nepal, las niñas vuelven a soñar. En las aulas donde antes había silencio, hoy se escuchan risas, preguntas y nuevas ideas. Gracias a las iniciativas locales impulsadas por la red global de Street Child —como los canales de comunicación confidenciales y los espacios de aprendizaje en ciencia y tecnología—, cientos de niñas y adolescentes están recuperando la oportunidad de aprender y ser escuchadas.
Ese cambio también se siente en las familias. “Es la primera vez que algo así ocurre en nuestra comunidad”, cuenta una mujer cuidadora del programa SHE LEADS, Nepal.
“En nuestra época ni siquiera podíamos soñar con estas oportunidades. Pero ahora es distinto: estamos listas para apoyar a nuestras hijas, ayudarlas a iniciar pequeños negocios o asumir más responsabilidades en casa para que ellas puedan estudiar. Estamos listas para acompañarlas.”
Nada de esto sería posible sin una red de apoyo sólida y comprometida. Cuando toda una comunidad se involucra en la educación, el cambio se vuelve real, se siente, se vive.
En Street Child España creemos en la fuerza que nace cuando las personas se unen por un mismo propósito. Sabemos que el cambio comienza en cada uno de nosotros, en esa energía colectiva que impulsa a otros a avanzar. Por eso, cada gesto de apoyo es una zancada más en esta carrera hacia la igualdad: un paso que acerca a miles de niñas y niños a su meta de aprender, sentirse seguros y construir su propio futuro.
Cada gesto cuenta.
Cada compromiso transforma y tu apoyo marca la diferencia.
Sigamos corriendo juntos hasta que cada niña y niño crezca libre, protegido y lleno de esperanza.